sábado, 12 de julio de 2008

VACACIONES

Estaban los tres de vacaciones y eran aquellos tiempos en que la familia aún decidía unirse en los momentos de relajación. Los dos hermanos y la novia de él se iban a pasear cerca de las rocas de la playa. Los dejaban ir solos. En algún momento llegaron a subirse a la cima de una gran roca, allí el mar chocaba con estrépito y el ruido los envolvía en un estado un poco mágico y atemporal, les hacía sentir parte de un todo mayor a lo que alcanzaban a comprender. En mitad de las chispas de sal y el ruido, algunos huecos de la gran roca expiraban agua a toda presión cuando el oleaje se estampaba contra la montaña. Primero se sentaba uno, luego el otro y su novia, y los tres esperaban el momento en que el agua llegaría para hacer los saltar unos metros en el aire y abandonarlos en la caída.

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