La inmensidad oceánica de esta vista, de esta perspectiva aérea.
Monumentos de un tiempo que se me antoja demasiado estable e inamovible.
Es la intuición de una pérdida, el vestigio solitario y melancólico de algo que es mágico, pero que antaño fue mágico e importante, presente y compartido, transportado por este aire que corre libre entre monumentos sobrehumanos.
jueves, 10 de julio de 2008
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