jueves, 10 de julio de 2008

MIEDOS

De repente me ha entrado miedo al descubrir por qué entiendo muchísimas cosas que tal vez de otra manera no hubiera comprendido.
Debo agradecerle a mis temores su fuerza reveladora, y cogida a ellos arrastrarme... más tarde caminar para llegar a trascenderlos sin olvidarlos.
Pienso en mí, de pequeña tumbada en la cama bajo la oscuridad y obsesionada con los sonidos del piso.
El reloj me deja atrás, y en esa suspensión del tiempo cae un muñeco sobre mis piernas entumecidas.
El arlequín, tenía que ser el arlequín.
No soy capaz de gritar; ni ahora ni más tarde, cuando un gesto perdido tira al suelo mi pequeña tabla de planchar.

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