miércoles, 23 de julio de 2008

EPISODIO 1: Las chicas de nuestra generación

Las chicas de nuestra generación no aguantamos nada. Esta es la frase que define el problema de nuestra no-relación con el género masculino. Hay tantas cosas que contar sobre esto que no sé ni por donde empezar. Ay… ¡me abrumo! Podríamos empezar por ejemplo por el intento que hacen los hombres, también de nuestra generación, por equipararse a la supuesta igualdad de géneros. No le quito mérito al esfuerzo que ellos hacen por entender y dar también, con esa igualdad. El problema es que a veces van tan mal encaminados que yo diría que necesitan una clase optativa de “orientación de género” en los institutos. Voy a poner como ejemplo dos frases que dejan claro a lo que me estoy refiriendo. La primera es de un chico joven, de familia con muchos recursos, entre ellos el de proporcionarle una educación en los mejores lugares nacionales y del extranjero, y que espero no tenga la dirección de mi blog y que si la tiene, espero entienda que esto en un episodio antropológico y no personal. Estábamos hablando de la cada vez mayor presencia de mujeres en el ámbito del cine y la publicidad, de crews con mujeres a la cabeza. Dicho chico, mencionó lo positivo que le parecía ese dato, y como broma, no dudo que bien intencionada, pero muy poco reflexionada dijo: “Claro, ahora el único problema es que hay millones de fotos de crew.” Y con un falsete más femenino añade: “¿En cuál estoy mejor? Aquí no he quedado bien…” Coronada la frase, por si aún hacia falta coronarla; con una risa por la tremenda gracia que le producía su propio comentario. Mi reflexión sobre esta primera frase es: ¿cómo puede uno valorar como positivo el dato de que las mujeres cada vez estén más presentes en un crew profesional, si sigue pensando en ellas como personas dedicadas o preocupadas exclusivamente por su belleza, o para ser sinceros, preocupadas por su presencia exterior como forma de atraer al hombre? Yo diría que más bien nuestro chico hizo un comentario “políticamente correcto” sobre el dato y luego le salió su verdadero yo troglodita. O, mi otra explicación es que claro, los hombres solo se hacen la foto de crew obligados, ellos si no fuera porque se necesita para efectos prácticos y de prensa, ni se la harían. No aprovechan esa oportunidad para mirar a su ego o su presencia, ellos no hacen eso, vaya, cualquiera diría que en realidad se pasan el día completo haciéndolo: qué grande es mi coche, como me la puse anoche, qué grande es mi polla, ah no… que eso no lo dicen abiertamente. En cambio las mujeres aprovechamos cualquier oportunidad como espejo, y ahora con las cámaras digitales y nuestra entrada al mundo profesional del cine, los fotógrafos de foto fija van vuelto locos.
Otra frase, referente al mismo esfuerzo por entender y ayudar a la igualdad de género, la dijo alguien que sí tiene mi blog y que espero que se ría de todo este sarcasmo con algunas verdades. La frase en cuestión es: “¿Dijimos qué iba a ser sincero, no?” Claro, la sinceridad es algo fundamental en una relación. Sobretodo considerando que la exposición de esa sinceridad consistía en un paso adelante en la igualdad de género. Me explico,: el sujeto en sus anteriores relaciones, no había sido sincero porque creía que al decirle a la mujer ciertas cosas, ella se iba a ofender por naturaleza de género, ahora, siendo realmente sincero, iba a considerar a la mujer por un igual y a decirle las cosas con sinceridad. Un aplauso para esta proposición tan digna. La cuestión es; ¿Desde cuándo la cualidad de sinceridad ha sido usada como justificante de lo que se dice? Es decir, si me haces un comentario sincero como: “me gusta tu amiga porque tiene las tetas más grandes que tú” , es probable que yo me enfade por el comentario y que la respuesta: “Dijimos que iba a ser sincero” No sea una excusa para el comentario en sí. ¿Estamos de acuerdo? Entonces nos podremos dar cuenta del mal uso de la propuesta de sinceridad en pro de la igualdad de género. No es sinceridad por igualdad, en realidad es sinceridad como excusa para defenderme ante eventuales respuestas conflictivas a causa de mis comentarios machistas o de otro tipo…
Seguro que muchas personas piensan que este tipo de cosas son una nimiedad, y que, en efecto, las chicas de mi generación, no aguantamos nada, o lo que es peor, y que alguna vez me han llegado a decir: entonces tú lo que quieres es no es hombre (¿qué troglodita unió machismo a hombre¿). Pero este tipo de estructuras de pensamiento, diferencian a una relación de otra, y yo no tengo porque someterme al machismo inherente de nadie, aunque se lo haya inculcado su padre!