Tengo la mesita de noche llena de flores secas.
De manos que apagan la luz o de manos que buscan a oscuras.
De pensamientos olvidados, de sueños rotos por despertadores irreverentes.
De golpecitos en la muñeca.
De objetos de última hora.
De suspiros a solas o acompañada.
De conversaciones conmigo misma.
De caladas profundas.
De miradas ausentes.
De recuerdos a altas horas.
De paraísos e infiernos.
De limbo. De mucho limbo.
jueves, 10 de julio de 2008
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