martes, 13 de enero de 2009

¿Dónde pongo la bomba?


Si no estoy tirando bombas no estoy haciendo nada. Esa es la sensación que tengo cuando me asaltan las dudas sobre el fin del mundo y descubro la veta de una cadena de engaños seculares de los que no era consciente hasta ese momento. Debería estar bombardeando a todos esos señores infames y a las televisiones y bah!... nunca se iba a acabar esta cadena. Entonces solo tengo ganas de tomar una mochila con lo imprescindible e irme a andar mundo, vivir el presente, retratar el ahora, el conflicto, el llanto y la injusticia. Y en esta última frase estoy exponiendo mis deseos más profundos. También se necesitará gente de la normal cuando todo esto suceda – Me dice Rafa. Y entonces me siento como en una película de ciencia ficción tipo Encuentros en la tercera fase. Soy de las normales ¿Pero qué voy a hacer con este deseo de no serlo? Es esta una enfermedad también de nuestra generación y yo aún no encuentro una medicina, una jeringa directa al ego que elimine esas ansias terribles y vergonzosas y que me convierten en una hipster en potencia, una más de las representantes del trash cultural y el consumo inconsciente de nuestra época. Para colmo tengo un blog. Soy lo peor.