Esperando que todo salga según lo previsto.
Deseando el futuro que imaginamos.
Empezando con gerundios cada frase.
Porque no hay estados temporales medibles; excepto éste, el de esperar.
Nadie puede permanecer en el pasado, ni en el presente inexistente, menos aún en el futuro.
Pero todos podemos esperar.
jueves, 10 de julio de 2008
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