jueves, 28 de enero de 2010

Solo hay que ver

No hay nada que se compare a la cara de alguien comiendo chocolate. Lo juro, lo acabo de ver. En cambio no me gustan los que se cuelgan un cascabel a la espalda e inundan todo con él. Hay gente para todo. Caminaba tras una señora, el paso nos hizo acompasarnos tanto que perdimos la distancia de seguridad y pude observar claramente sus cuatro grandes lonjas bajo el jersey, sin embargo, ella comía dulces oaxaqueños dejando intervalos muy pequeños entre dulce y dulce. Y yo pensaba ¿Es que no es suficiente con lo que ya tiene? Obviamente no lo era. Hay gente para todo. Para poco y para mucho, inclusive para demasiado. Hoy el camarero me preguntó si estaba triste. Inclusive para eso hay gente, para preguntar a una desconocida si está triste. Hoy celebro la diversidad.