jueves, 18 de junio de 2009

Ahora

No sé si me habían preparado para esto. Toda la vida alejándome de los otros cuerpos, de las presencias persistentes en mi limitada esfera de existencia y ahora: esto. Me había entrenado y había logrado separarme lo suficiente de todos los demás como para sentir por fin que estaba sola y que podía sola. Me había convertido en la mejor amiga de mi soledad, en la mejor analista de mis pensamientos, en mi mundo personal y secreto tenía todo lo que necesitaba. Y ahora han pasado tantos días que no recuerdo cuando empezó a ser una costumbre despertarme con tu cara a mi lado, sobre mi espalda o bajo mi hombro. A veces me olvido de que estás ahí y cuando me despierto y te descubro tengo una sensación de sorpresa, pero no como esa que me sacude constantemente, la sorpresa histérica de mi personalidad revolucionada, sino una sorpresa tranquila y agradable. Estás ahí, justo donde quiero que estés. Y no te mueves, no te vas, no me dejas, y yo, yo no te odio, no deseo otra cosa, no me angustia tu presencia. A lo mejor estoy aprendiendo, a lo mejor tú me estás enseñando. A veces cuando estás triste y sombrío, cuando no me puedo acercar, solo te miro y pienso, pienso en que me veo a mi misma llorando escondida en el fregadero de la azotea aquella tarde de domingo. Llorando por mis cosas, por cosas que no quiero contar y que tú ya sabes. Otras veces tengo pensamientos brillantes, por ejemplo, el domingo que limpiamos la casa de tu madre, me acuerdo que yo estaba sentada en el departamento frente al armario blanco y frotaba sus puertas con el líquido mágico y el trapo. Tú estabas fuera tendiendo la ropa, sorteando los obstáculos que habíamos sacado para poder limpiar la casa. Y entonces me di cuenta, llevábamos más de una hora sin decirnos nada. Pensé que tú podrías haber sido mi perfecto amigo de la infancia, mi compañero de juegos. Y que probablemente en esa existencia paralela también me habría acabado enamorando de ti. Fue un pensamiento valioso, revelador. Pero no te lo dije, he descubierto que también puede haber secretos de este tipo entre los dos.