viernes, 25 de septiembre de 2009

el orden lo rige todo

La vida diaria es ordinaria y a veces eso me abruma – le decía ayer mientras nuestro coche se desplazaba lentamente entre el tráfico de la tarde. Había salido del trabajo a las 6 de la tarde y ese acontecimiento había despertado en mi esperanzas de algo nuevo, a lo mejor de una tarde diferente. Pero ya eran las 8 y nada nuevo había pasado. La desilusión me hizo cambiar de humor. ¿Iba a ser así cada día? – a él le parece que nuestras vidas son dos milagros porque nos alimentamos de unos trabajos prescindibles, inestables e impredecibles. Mañana podríamos estar sin trabajo y el mundo seguiría como siempre, inclusive en nuestro pequeño mundo nadie notaría nuestra ausencia.
Dos personajes anodinos en un paisaje gris, el puzzle ya estaba hecho y nosotros todavía éramos demasiado jóvenes.
Tal vez tenga razón en cuanto a la fragilidad de nuestra existencia económica, es más, tiene razón, no lo dudo por un momento. Pero eso no debería determinar la vulgaridad de nuestra existencia. Al menos deberíamos tener derecho a ser extraordinarios dentro de la pobreza y nuestra irrisoria realidad.
Si solo pudiéramos ser lo suficiente valientes para ser lo que no somos. El otro día discutía esto ¿es más valiente el que se queda o el que lo deja todo? Según yo el que lo deja todo siempre es más valiente, eso solo se hace una o dos veces en la vida.
A veces quisiera no tener oídos para ignorar las noticias lejanas. Quedarme en la burbuja.
En fin, nada nuevo sucedió ayer. Y hoy ya son las 6.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Montaña de basura

Me parece que llevo años sentada en la misma silla. La gente hace cosas, se vuelve famosa, cambia. Y yo, si me voy a quedar quieta, solo espero que me llegue la iluminación para ver la belleza de la conformidad, el aprendizaje en la paciencia. Ser algo así como la montaña de basura de Fraggle Rock.