Estoy enferma de la
enfermedad de mi madre. De la enfermedad de mis tías, de la de mis abuelas. Hoy
estoy enferma, no. Hoy me doy cuenta de que estoy enferma. Lo he estado
siempre, pero como esto es como una alergia, no sale a la superficie, no se
manifiesta si no es cerca del agente alérgeno, hasta hoy no me he dado cuenta.
Pero estoy enferma. Muy enferma, más de lo que sabía. Se diría que estoy
enferma terminal y que la única forma de curarme es cambiar. Qué difícil. Ni
una queja más, ni una. A partir de hoy, tolerancia cero con mis fantasmas.
martes, 14 de mayo de 2013
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