Había tanta sangre en la
papelera del baño, que la imagen me transportó de pronto y sin remedio a los
puntos o cuadrados o rectángulos o lo que coño sean esas formas irregulares de
las baldosas de la cocina moviéndose bajo mi mirada, intentando con su baile caótico
traerme de nuevo a la tierra. Que feas me parecen esas baldosas, casi tan feas como
las compresas llenas de sangre de la papelera del baño ¿Por qué entonces
hipnotizan la mente esas imágenes? ¿se regirá por la ley “la violencia engendra
violencia”? Tanta mierda en la cabeza necesita canalizarse en imágenes reales,
secas, sucias, feas para que cuando las abandones – cuando te alejes del lugar
- al menos tengas la impresión de que estás dejando ahí parte de tu mierda.
martes, 14 de mayo de 2013
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