La vida diaria es ordinaria y a veces eso me abruma – le decía ayer mientras nuestro coche se desplazaba lentamente entre el tráfico de la tarde. Había salido del trabajo a las 6 de la tarde y ese acontecimiento había despertado en mi esperanzas de algo nuevo, a lo mejor de una tarde diferente. Pero ya eran las 8 y nada nuevo había pasado. La desilusión me hizo cambiar de humor. ¿Iba a ser así cada día? – a él le parece que nuestras vidas son dos milagros porque nos alimentamos de unos trabajos prescindibles, inestables e impredecibles. Mañana podríamos estar sin trabajo y el mundo seguiría como siempre, inclusive en nuestro pequeño mundo nadie notaría nuestra ausencia.
Dos personajes anodinos en un paisaje gris, el puzzle ya estaba hecho y nosotros todavía éramos demasiado jóvenes.
Tal vez tenga razón en cuanto a la fragilidad de nuestra existencia económica, es más, tiene razón, no lo dudo por un momento. Pero eso no debería determinar la vulgaridad de nuestra existencia. Al menos deberíamos tener derecho a ser extraordinarios dentro de la pobreza y nuestra irrisoria realidad.
Si solo pudiéramos ser lo suficiente valientes para ser lo que no somos. El otro día discutía esto ¿es más valiente el que se queda o el que lo deja todo? Según yo el que lo deja todo siempre es más valiente, eso solo se hace una o dos veces en la vida.
A veces quisiera no tener oídos para ignorar las noticias lejanas. Quedarme en la burbuja.
En fin, nada nuevo sucedió ayer. Y hoy ya son las 6.
viernes, 25 de septiembre de 2009
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2 comentarios:
yo me pregunto "que es ser valientes" y si it's worth it afterall to be valiente... i wish we could be more ocupedos en ser felizes que en ser velientes.
te abrazo fuerte.
prueba de jugar a petanca con los jubilados.....
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